viernes, 12 de abril de 2013

El 65% de los garantizados no cubre el coste de la vida en el último trienio

El patrimonio invertido en este producto es de 51.545 millones

Cuando se invierte en un producto, el objetivo es -como mínimo- batir la inflación, pero no siempre se consigue. Basta con mirar hacia los fondos garantizados, los mismos que ahora copan los escaparates bancarios como sustitutos de los menguados depósitos, que han visto sus intereses a un año reducidos al 1,75% después de los límites que impuso el Banco de España en enero.

De hecho, si invirtió en un garantizado en el último trienio, puede que ya haya comprobado que las rentas generadas
por su inversión ni siquiera cubren el coste de la vida. Y es que los fondos que comunicaron el vencimiento de su garantía el año pasado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores lo han hecho otorgando una rentabilidad media anualizada del 2,23%, lo que supone un interés acumulado del 7% en el último trienio.

En ese mismo periodo, la inflación acumulada en España ha sido del 9,4%, es decir, habrá perdido casi 3 puntos de rentabilidad.

En cifras redondas, el 65% de los garantizados no bate a la inflación. Aún así, el simple hecho de garantizar la inversión inicial continúa siendo un reclamo con adeptos. Según los datos facilitados por Inverco, el patrimonio invertido en garantizados ascendió hasta los 51.545 millones de euros en febrero, lo que supone un 43% del total del sector -aunque son los de renta fija aquellos que tienen más tirón, por eso de que el inversor conoce de antemano la rentabilidad final del producto-. Ascenso que también queda latente en los partícipes, quienes decidieron invertir en ellos, que se elevaron hasta los 1,8 millones y representan el 40% dentro de quienes invierten en fondos.

Sin embargo, que las estructuras actuales garanticen la totalidad de la inversión no siempre es positivo, aunque a priori lo parezca, en términos de rentabilidad. Básicamente porque sus composiciones -exentas de riesgo- solo dan para recuperar el capital inicial una vez descontadas las comisiones y los gastos. Es más, el inversor que invierta en garantizados obtendrá por norma general menores rendimientos que si optara por invertir de forma directa en los productos en los que se apalanca el fondo para generar la garantía. Lo que implicaría asumir el riesgo de crédito, que se vería compensado por el gran ahorro en comisiones que los fondos garantizados llevan asociados.

Precisamente, ese es el otro gran inconveniente que guarda este producto. Las comisiones son varias y de cuantía elevada. Para empezar, la mayoría suele llevar implícita una comisión de comercialización, que habitualmente es de tres meses desde que se registra el folleto ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) -superado el periodo de comercialización, la comisión suele ser más elevada-.

Penalización que también existe en el caso de que el cliente decida vender la participación antes del vencimiento del fondo. Aunque en ocasiones, no obstante, el garantizado ofrece ventanas de liquidez mediante las que el inversor puede salir del garantizado sin castigo. Pero a estas dos, -la comisión de comercialización y la de reembolso- hay que sumar las de gestión. Siendo esta última una de las más criticadas, ya que una vez diseñado el garantizado, se trata de un producto que no necesita ninguna gestión.

Éxito entre la banca


Precisamente por eso, por la facilidad que la banca encuentra para su comercialización y las elevadas comisiones, el garantizado resulta un producto atractivo para el sector, que ha optado por fomentarlos ahora que la rentabilidad de los depósitos está limitada.

"Es un mal producto fácil de vender", sentencia el responsable de una gestora extranjera en España. De hecho, la diferencia entre haber depositado el dinero en un plazo fijo o en un garantizado en el último trienio es contundente en términos de rentabilidad.

Pese a los vaivenes vividos por los intereses de los depósitos en los últimos años -que incluso sobrepasaron el 5% en 2009-, quién invirtió sus ahorros en uno de ellos en el último trienio habrá logrado una rentabilidad acumulada del 15% -el doble que en un garantizado-.

Fuente: elEconomista.es

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