martes, 17 de enero de 2012

Invertir en momentos de incertidumbre, según Fidelity

La magnitud de las turbulencias que han vivido recientemente los mercados ha pesado ciertamente sobre la confianza de los inversores y a muchos los ha dejado con dudas sobre la inversión en Bolsa. Sin embargo, la volatilidad en los mercados no es un fenómeno nuevo y aunque muchas crisis han dejado una huella indeleble en las mentes de los inversores particulares, pocos son los que recuerdan que después de cada crisis los mercados tienden a recuperar sus niveles anteriores en un periodo
relativamente corto. Bajo estas líneas vamos a recordar cuál es el patrón de las rentabilidades a largo plazo de las Bolsas y la importancia de ceñirse a principios de inversión ampliamente contrastados.

Es sólo otra crisis en los mercados


Hundimientos de divisas, ataques terroristas, quiebras de fondos de inversión libre... muchas son las crisis que han afectado a las Bolsas durante el último siglo. Muchos recordarán perfectamente la crisis financiera asiática de 1997, la burbuja puntocom en 1999 y las pérdidas provocadas por los ataques terroristas de 2001. No pocos inversores siguen sufriendo las consecuencias de la crisis crediticia de 2008 y la posterior recesión mundial. A los mercados no les gusta la incertidumbre y a menudo reaccionan excesivamente ante los acontecimientos. El cortoplacismo que define psicológicamente a los mercados supone a menudo que los inversores reaccionan ante los acontecimientos poniéndose en el peor de los casos. Si a ello le añadimos el espíritu gregario que también caracteriza el comportamiento de los inversores, el resultado puede ser una enorme disparidad entre las valoraciones bursátiles y la riqueza neta de las empresas que presentan dichas valoraciones. Los inversores caen en lo mismo una y otra vez: no ven las crisis con perspectiva. Fijarse en lo que ha sucedido un poco más allá de la historia más inmediata puede enseñarles muchas lecciones. Por muy desagradables que sean los desplomes de los mercados, la historia demuestra que si bien las Bolsas reaccionan con fuerza ante grandes acontecimientos, suelen retomar la senda alcista en un espacio de tiempo muy corto.


ntener las inversiones a largo plazo es una canción que repiten muchos asesores financieros. Sin embargo, esta recomendación puede ofrecer poco o ningún consuelo a los inversores que ven cómo el valor de sus activos desciende durante los periodos de crisis. Así pues, ¿cómo hay que abordar las decisiones de inversión durante periodos de gran volatilidad en los mercados? A continuación, Fidelity expone algunos principios universales de inversión que siguen siendo hoy tan vigentes como siempre.

La diversificación: un principio de inversión de probada eficacia


Una cartera debe estar diversificada en diferentes clases de activos para reducir los riesgos y optimizar las rentabilidades. Los activos defensivos como los bonos y el efectivo suelen comportarse mejor en periodos de alta volatilidad en los mercados, mientras que las inversiones de crecimiento como los inmuebles y las acciones ofrecen rentabilidades atractivas cuando las condiciones económicas se prevén más favorables. El valor de los bonos y las acciones se puede mover a menudo en direcciones opuestas, pero desde una perspectiva general, una cartera que invierte en una gama de activos de calidad debería ofrecer rentabilidades atractivas con menor riesgo.


La diversificación dentro de las propias empresas cotizadas también es importante. Durante una crisis en los mercados, los desplomes de las Bolsas mundiales copan titulares y llevan a los lectores a pensar que todas las cotizaciones de las acciones se han hundido. Sin embargo, puede que no sea el caso. Algunos sectores del mercado suelen evolucionar mejor que otros en diferentes puntos del ciclo económico. Durante una fase de caídas, las condiciones del mercado generalmente favorecen a los valores llamados defensivos, ya que estas empresas se ven menos afectadas por los ciclos económicos, pueden mantener los beneficios y siguen pagando dividendos. Empresas como los distribuidores de electricidad y gas son ejemplos clásicos. Estas empresas generalmente operan con contratos de suministro a largo plazo con precios fijos y pueden repercutir las alzas de los costes directamente a los consumidores que necesitan electricidad para sus casas. Las cotizaciones de las empresas de crecimiento tienden a batir al mercado cuando las condiciones económicas mejoran, ya que sus beneficios son más sensibles a dichas condiciones. El sector turístico suele ser uno de los primeros en beneficiarse de la mejora de la renta y la riqueza personal, ya que los consumidores generalmente gastan más en viajes de ocio cuando ganan más.

Esto no quiere decir que todos los valores defensivos sobresaldrán durante fases bajistas; a veces un sector tradicionalmente defensivo podría no contar con el favor de los inversores debido a factores como los cambios en las tendencias sectoriales, las políticas públicas y la competencia de otras empresas. Dado que los perfiles de rentabilidades sectoriales varían en función de una amplia gama de factores, una cartera de Bolsa bien diversificada que invierta en diferentes sectores generalmente suavizará el impacto de los máximos y los mínimos de los mercados.


A largo plazo, la disciplina da fruto


Como hemos visto, los mercados se mueven en ciclos. En periodos cortos, los mercados pueden ser más volátiles y generar un amplio espectro de rentabilidades positivas y negativas. Sin embargo, cuanto más tiempo se mantenga la inversión, mayor es la probabilidad de que dicha inversión genere una rentabilidad positiva. Como se muestra en el gráfico que figura debajo, la inversión en renta variable mundial en periodos de 12 años o más no ha generado rentabilidades negativas.


El valor de los dividendos


Cuando las cosas van bien y la Bolsa sube con fuerza, las rentabilidades adicionales que ofrecen los dividendos pueden considerarse como poco más que testimoniales. Sin embargo, cuando los mercados dan muestras de debilidad, la rentabilidad adicional que genera el dividendo se convierte en una parte valiosa de la rentabilidad total. El efecto de los dividendos se amplifica con el tiempo debido al efecto de capitalización derivado de la reinversión de dividendos. Por ejemplo, 1.000 dólares invertidos en la Bolsa asiática durante los últimos diez años habrían crecido hasta un total de 2.138 dólares en septiembre de 2011. Pero si se hubieran reinvertido los dividendos, esa cantidad se situaría en 2.789 dólares: ¡un 30% más!

Los dividendos también pueden ser más predecibles que los beneficios empresariales y las cotizaciones, ya que muchas empresas generalmente se esfuerzan por mantener su política de dividendo incluso cuando sus beneficios caen temporalmente.



Confíe en un gestor profesional


Los gestores profesionales dedican mucho tiempo a estudiar datos de mercado para valorar el potencial de generación de beneficios de cada inversión. Poseen una comprensión profunda del mercado y otros factores que podrían influir en el éxito de una empresa. Para formarse una idea precisa, los gestores de inversiones de éxito se reúnen periódicamente con las empresas, sus proveedores, sus clientes y su competencia y analizan aspectos como la posición competitiva de una empresa, la capacidad del equipo directivo, el crecimiento económico y la inflación para entender a la perfección las perspectivas de todos y cada uno de los valores. La gama de rentabilidades que ofrece el mercado puede variar considerablemente de un año a otro, como puede apreciarse en el gráfico, lo que hace que sea aún más importante elegir bien las acciones en las que se invierte. Con alrededor de 46.000 acciones cotizadas en todo el mundo, invertir en la experiencia y conocimientos de un profesional es por sí mismo un principio para invertir con éxito.

En pocas palabras


. La volatilidad de los mercados está minando de nuevo la confianza de los inversores, que se enfrentan a mayores incertidumbres en relación con el euro, la disposición de EE.UU. para detener la escalada de su déficit público y la capacidad de China para sobreponerse a estas dificultades que vienen del exterior.

. Las crisis no son situaciones nuevas en los mercados. Muchas son las que se han sucedido y todas han dejado lecciones que aprender.

. Las crisis en los mercados brindan también valiosas lecciones a los inversores. Ante la incertidumbre sobre las consecuencias para sus activos, muchos optan por vender sus inversiones en momentos que suelen ser los peores para tomar esas importantes decisiones.

. No desviarse del plan trazado y mirar con perspectiva las crisis del pasado y la evolución a largo plazo de las Bolsas es vital para que los esfuerzos de creación de riqueza tengan éxito.

Fuente: Fidelity

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