La planificación financiera es el proceso de desarrollo, implantación, coordinación, evaluación y seguimiento de una estrategia que permita alcanzar los objetivos financieros establecidos por una persona según sus necesidades.
El error suele consistir en asumir que únicamente se encuentran en la necesidad de planificar aquellas personas que se encuentran con una situación patrimonial importante, y que, la mayoría de las personas nada tienen que planificar porque bastante supone llegar a "fin de mes". Esto no es, en absoluto, así: la planificación financiera personal es un proceso que interesa a todas las personas, independientemente de cual sea su situación patrimonial y capacidad de ahorro.
En el primer caso planteado, la persona con un estatus financiero elevado, la planificación viene planteada simplemente por una necesidad de optimizar los recursos, ya que éstos cubren holgadamente las necesidades financieras planteadas.
En el segundo caso, cuando los recursos cubren con dificultad las diferentes necesidades establecidas, es el más difícil, pero es aquí donde la planificación asume su completa importancia de equilibrar recursos y necesidades en un horizonte de planificación amplio.
Siempre es necesario considerar que cuando antes se ponga en marcha el plan financiero personal, más fácil será alcanzar los objetivos propuestos.
La planificación financiera personal persigue alcanzar determinados objetivos financieros o, lo que es lo mismo, cubrir determinadas necesidades que tiene una persona.
Los objetivos genéricos financieros pueden clasificarse en tres categorias:
Objetivo de previsión. Tiene un horizonte temporal a largo plazo y las personas establecen estos objetivos para:
Protegerse de riesgos futuros (cualquier emergencia o imprevisto que pueda presentarse).
Distribuir más regularmente el consumo durante la vida, pensando especialmente en la época en la que probablemente los ingresos desciendan (como en la etapa posterior a la jubilación).
Objetivo de compra. Están asociados a una necesidad concreta, como puede ser la adquisición de una vivienda, la puesta en marcha un proyecto profesional o empresarial, etc. Se trata de un ahorro-finalista cuyo horizonte temporal suele ser a medio plazo.
Otros objetivos. En esta categoría ocupan un lugar destacado la reducción de las cargas fiscales y la planificación de la herencia.
Es necesario destacar que muchas personas no tienen claramente definidos sus objetivos financieros. Algunos datos son elocuentes:
- Más del 40 por 100 de los ahorradores reconoce que no tiene un plan financiero previo.
- Tan solo uno de cada cuatro ahorradores fija el tiempo que va a mantener su inversión (el denominado horizonte temporal).
- Dos de cada tres ahorradores no se consideran lo bastante preparados para poder decidir por sí solos qué activos asignar.
- Más del 80 por 100 de los ahorradores cree que sus carencias deben ser cubiertas con asesoramiento profesional.
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De este modo, la labor del Consultor Financiero Personal es clave a la hora de desarrollar una planificación financiera personal para sus clientes, con base en sus conocimientos tanto en los diversos mercados y productos financieros como de su cliente. Tu Consultor Financiero Personal te asesora con el objetivo principal de salvaguardar tu futuro financiero.
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