miércoles, 1 de agosto de 2012

El “corralito” y el “corralón” bancario Argentino. Como ocurrió realmente


Renta per cápita en Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Paraguay y Bolivia en 1999-2009 y estim. en 2014 (fuente:FT).

Le pedí al blogger argentino, autor del Blog sobre economía y finanzas Bullspread.com si nos podía explicar la convulsa época del “corralito”, devaluación y posterior depresión económica en Argentina en el año 2001. Se ha escrito mucho des del extranjero sin conocer a fondo que peso y por este motivo le pedí a Bullspread que
nos relatará lo que ocurrió. Un pequeño inciso, en este escrito el peso argentino se describe con el símbolo $ y el dólar USA como USD. Este es su escrito:

“Marc me pide que les hable de lo ocurrido en el coralito y corralón bancario que afectó a la Argentina de finales de 2001 y principios de 2002, debido a que esta semana, con motivo del pago de la última cuota del BODEN 2012 Argentina, se considera, erróneamente, que terminaremos de pagar el corralón. Erróneamente ya que aún queda una última cuota del BODEN 2013 y porque parte del BODEN 2012 fue deuda contraída por el actual gobierno en el año 2006. Por otra parte, este pago se hace con reservas del Banco Central de Argentina. Consecuentemente, el Tesoro se endeuda con el BCRA para pagar esta deuda.

Cabe recalcar que el procedimiento descrito no es un recurso nuevo en Argentina, ya que a finales del año 1989 el gobierno del Dr. Menem realizó un canje compulsivo con los depósitos mayores al millón de australes, entregando a cambio una serie de bonos llamados Bonex.


Volviendo al tema, lo primero que hay que preguntarse es cómo se llega a esto, qué fenómeno o fenómenos dan lugar al nacimiento del corralito y el corralón.

Tanto el “corralito bancario” como su mutación y última expresión, el “corralón”, fueron decisiones políticas y económicas producto del descalce de moneda que tuvo la Argentina como consecuencia de la convertibilidad que regía el país. Lo que ocurría era que la mayor parte de las personas y empresas tenían ingresos en pesos ($), pero, a su vez, ostentaban deudas en dólares estadounidenses (USD). Los bancos tenían la mayoría de sus depósitos en USD y deudas en USD, pero los deudores cobraban en $. Esto quería decir que, en el supuesto de que Argentina liberara el tipo de cambio, los deudores podrían no haber contado con los USD suficientes (al ser más caros) para pagar sus deudas. En consecuencia, os bancos no hubiesen podido devolver a sus depositantes sus USD. Tengamos en cuenta que es ese momento el peso argentino estaba fortalecido al tener una paridad de 1=1 con respecto al USD, lo cual no permitía al gobierno realizar una política monetaria más laxa en pos de ayudar a reactivar la economía, que se encontraba en recesión desde mediados del año 1998.

Debido a la sensación de riesgo que se comenzó a sentir por los problemas de pago que Argentina estaba teniendo, algunos depositantes comenzaron a retirar su dinero de los bancos. Con el tiempo, esto llegó a provocar una corrida bancaria que dejó a los bancos en una situación delicada. Para que tengamos una idea, los depósitos del sistema bancario argentino habían pasado de los USD 85.000 millones en diciembre de 2000 a USD 67.000 al momento de la implementación del corralito.

Es por situación que el gobierno argentino no tuvo otra opción que tratar de detener la salida de capitales, a fin de no tener que devaluar fuertemente la moneda. Se hizo lo primero, pero lamentablemente se actuó tarde, y finalmente no se pudo (o no se quiso) evitar lo segundo.

La noche del viernes 30 de noviembre de 2001 el gobierno del Dr. Fernando De la Rua prohibió la extracción de un monto mayor a los $250/USD250 semanales por persona depositado en las entidades bancarias del país. Para entender la gravedad del asunto, basta ver la cifra total de la extracciones realizadas en esa fecha: USD 1.500 millones!.

A esta prohibición se la llamo “corralito”, ya que si bien impedía retirar parte del dinero depositado en los bancos, no obstaba a que se utilizara la totalidad del que se tenía dentro del sistema bancario para realizar transacciones.

Particularmente, y ante la situación que se vivenciaba, la decisión nunca me pareció desacertada teniendo en consideración que los salarios medios rondaban los USD 800 mensuales y que la salida de capitales estaba vaciando las arcas del BCRA y desbalanceando a los bancos que tenían préstamos en USD a largo plazo, pero depósitos a corto plazo. El cálculo de USD 250 de retiro por semana era correcto, porque la mayoría de los asalariados en blanco podía extraer la totalidad de su dinero en efectivo al cabo de un mes o, sino, utilizarlo mediante el sistema bancario. ¿Cuál era el problema entonces?. Que, políticamente hablando, la medida fue completamente equivocada para un país como la Argentina, acostumbrado a manejarse en efectivo y con un gobierno que ya venía debilitado.
Sin embargo, esto no fue lo peor. La situación Argentina se agravó el 20 de diciembre de 2001, cuando el Dr. De La Rua renunció a su cargo debido a las revueltas sociales causadas por el “corralito” y demás cuestiones de índole netamente política que no resulta trascendente desarrollar en esta oportunidad. Como resultado, la presidencia interina fue asumida por el Presidente del Senado, el Ing. Ramón Puerta, debido a que el Vicepresidente de la Nación, el Dr. Carlos Álvarez, había renunciado a su cargo hacía ya más de un año.

Frente a ese panorama, el Ing. Puerta convocó a Asamblea Legislativa para elegir nuevo Presidente de la República hasta tanto se celebraran las nuevas elecciones.

De esta manera, el 23 de diciembre de 2001 resultó electo quien se encontrara desempeñando el cargo de Gobernador de la Provincia de San Luis, el Dr. Adolfo Rodríguez Saa. Este, ante un Congreso de la Nación repleto, anunció el default de la deuda externa Argentina. Un hecho nefasto…

Sin embargo, eso no fue todo. 7 días después, el 30 de diciembre de 2001, el Dr. Rodríguez Saa presentó su renuncia, aduciendo problemas políticos internos. Ante esta situación, y por operatividad de la Ley de Acefalía, el 2 de enero de 2002 la Asamblea Legislativa decidió nombrar como Presidente Interino de la Republica Argentina al Dr. Eduardo Duhalde, quien a horas de haber asumido el cargo, anunció la pesificación de los depósitos bancarios en dólares, y revocó la ley de convertibilidad cambiaria (sancionada y promulgada durante una gestión que lo había encontrado a él como Vicepresidente de la Nación). Es justamente esta medida la que se dio en llamar “corralón”, siendo mucho mas abarcativa que la que fuera impuesta en su momento por el Dr. De la Rúa y, por ende, más destructiva, ya que los dólares “acorralados” en los bancos en cuentas a la vista, dejaban de ser dólares y se transformaban en pesos a $1.40 / 1 USD. En el caso de las deudas, las mismas fueron pesificadas a $1 = USD1., generando de esta manera, una transferencia fenomenal de riqueza de los acreedores a los deudores.

Asumido todo el descalabro financiero y con la economía recuperándose después de la fuerte devaluación ocasionada, el gobierno comenzó a desarmar gradualmente el corralito, utilizando algunos mecanismos y herramientas financieras. Tengamos en cuenta que después de acabada la convertibilidad, el tipo de cambio se disparó, llegando a cotizar $4/USD1, pero con una baja a $3/USD1 aproximadamente al poco tiempo.

El proceso del desarme del corralito no fue muy ordenado y es demasiado complejo para detallarlo. En un intento de síntesis, podríamos decir que:

1.- Los deudores comenzaron a pagar sus deudas en ($) pesos, ajustadas por un coeficiente de variación salarial (CVS) que aún al día de la fecha se encuentra vigente.

2.- Los acreedores, dependiendo de los montos de sus acreencias y de sus edades, comenzaron a recibir diferentes alternativas.

a.- Retiros parciales a un tipo de $1.40 mas un índice de Inflación, conocido como “índice de Estabilización de Referencia (CER)”. Esto benefició a aquellos que tenían depositados montos pequeños y que retiraban alrededor de $2 por cada USD1 depositado.

b.- Si los depositantes eran mayores de 75 años, estos podían hacer retiros mas frecuentes y luego, dependiendo del dinero que tenían, optar por un bono en USD a tres años (BODEN 2005).

c.- Los menores de 75 años y que tenían mas de USD 10.000 depositados podían optar por dos tipos de bonos, uno en $ ajustable por CER (BODEN 2007), u otros en USD a 10 años como el BODEN 2012 al principio, y el BODEN 2013 después.

d. – Asimismo, el dinero acorralado se podía utilizar para comprar autos y propiedades a un tipo de cambio ajustado. Esta era una opción viable para aquellos acreedores de grandes montos. El comprador utilizaba el dinero acorralado y el vendedor podía retirarlo en efectivo.

3. Los bancos fueron compensados con el BODEN 2012 por la “pacificación asimétrica” que se generaba al tener que cobrar las deudas a $1 + CVS y pagar depósitos  $1.40 + CER
De la descripción que acabamos de hacer surge la existencia de cuatro bonos, tres de ellos en USD y uno en Pesos ($):

- El Boden 2005 fue por un monto de USD 885 millones y, como comentamos, era para personas mayores a 75 años. Tenia un plazo de tres años y tres meses, del 03/02/02 al 03/05/05. Pagaban LIBOR de 6 meses en tres cuotas anuales y consecutivas. Las dos primeras de 30% y la tercera del 40%

- El Boden 2007 era en ($) pesos por $3.500 millones. Eran a 5 años iniciando el 03/02/02. Pagaban una tasa del 2% mas CER. Era pagadero en 8 cuotas semestrales iguales y consecutivas del 12.5%.

- El Boden 2012 fue emitido el 03/08/2002 por un monto de USD 17.449.800.000. Solo 25% de los Boden 2012 fueron para ahorristas. El 45% compensaron a los bancos y 30% fue vendido a Venezuela en 2006.


Tiempo después, en septiembre del 2002, se ajustó una nueva diferencia marginal con la emisión del Boden 2013 que fue entregado a quienes habían aceptado la pesificación antes de la aparición del Boden 2012. El Boden 2013 fue emitido el 30/10/2002 por un monto de USD 1.941.810.000


El corralito finaliza oficialmente el 2 de diciembre de 2002, cuando se anunció la liberación de los depósitos retenidos por un monto aproximado de 21.000 millones de pesos. A finales de diciembre de 2006, la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, en un fallo sometido a su conocimiento, avaló la pesificación y reprogramación de los depósitos, ordenando la devolución de los fondos a razón de $ 1,40 por dólar depositado más la inflación minorista que hubo en el período, más una tasa de interés anual del 4%, sentando así jurisprudencia al respecto que beneficiaría a los ahorristas que aún tienen juicios pendientes. El resultado de esa cuenta arrojaba una cifra de $ 3,08 por dólar. Una cotización muy cercana a la vigente en ese momento.

En resumidas cuentas, los grandes beneficiarios de esta medida conocida como “corralito” y, más tarde, como “corralón” fueron los deudores, quienes vieron en términos reales licuar sus deudas. Por su parte, los acreedores fueron compensados en su pérdida que, con el tiempo, no fue tan grande para aquellos que tenían montos pequeños. Los que más sufrieron fueron aquellos con acreencias superiores a los USD 30.000. Igualmente, no debemos olvidar que esto forma parte del riesgo y retorno asumido, ya que la tasa de los plazos fijos durante el año 2001 rondaba entre el 7 y el 9%. Sabemos que a mayor renta, mayor riesgo. Teniendo en cuenta que en ese momento el precio de un departamento de 1 ambiente en la Ciudad de Buenos Aires. rondaba los USD 35.000, con un retorno por alquiler del orden del 10% anual, la renta no compensaba el riesgo, aunque sí la liquidez.

En todo caso, el gran perdedor resultó ser el Estado Argentino, que se hizo cargo de deudas que no le correspondían.

En cuanto a la situación de España en la actualidad y la posibilidad de que se adopte una medida similar a lo que representó el corralito en nuestro país, no pareciera ser muy viable, considerando que no hay un descalce de moneda mientras España no se salga del Euro.”

Muchas gracias Bullspread.

Os adjunto un interesante artículo que nos enseña como la mejor protección de un argentino a la devaluación de 2001 era haber comprado oro, fue mucho mejor que no otros activos aunque la bolsa no fue un mal activo una vez ya devaluado, no antes.



Gráfico del índice bursatil Merval en Argentina y de la cotización del peso argentino en la devaluación y “corralito” de 2001 (fuente: gold-eagle.com).

Fuente: investorsconundrum

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