miércoles, 30 de noviembre de 2011

Una población mundial de 7.000 millones: implicaciones para la inversión, según Fidelity

La población mundial ha alcanzado los 7000 millones de personas, tras crecer 1.000 millones de personas desde 1999. El principal factor impulsor de este crecimiento han sido los países en vías de desarrollo y esta situación continuará, como lo hará la tendencia general de las poblaciones urbanas a crecer a expensas de las poblaciones rurales. Lo anterior da lugar a numerosas implicaciones para los inversores a medida que la base
mundial de consumidores se amplía y la demanda de recursos finitos aumenta inexorablemente.

La paradoja demográfica


El contraste entre el crecimiento de la población en los países desarrollados y en desarrollo es muy marcado. Al igual que ocurre en gran medida con sus tasas de crecimiento económico, las poblaciones de los países en desarrollo están aumentando considerablemente más rápido que las de los países desarrollados. Ello es debido a que los países desarrollados ya han experimentado una transición demográfica: una evolución desde las elevadas tasas de natalidad y mortalidad de la economía preindustrializada hasta unas bajas tasas de natalidad y mortalidad. Los catalizadores han sido el aumento de la riqueza y la mejora de la sanidad, que hacen que las personas sean más longevas. He aquí la paradoja demográfica: a medida que aumenta la riqueza de un país, sus tasas de natalidad descienden, un fenómeno que ha llevado a algunos expertos a señalar que la mejor táctica que podría seguir un gobierno para fomentar la natalidad es estimular el crecimiento económico.

Muchos países en vías de desarrollo están experimentando naturalmente un crecimiento económico más rápido y eso está aumentando el número de integrantes de la clase media mundial. Con el tiempo y con un crecimiento económico continuado, cabe esperar que muchas economías emergentes pasen por sus propias transiciones demográficas al centrarse las familias en proteger su riqueza teniendo menos hijos.


Algunas implicaciones


En primer lugar, una mayor población mundial aumenta la demanda de recursos finitos, sobre todo alimentos, agua y energía, que están sufriendo una fuerte presión e incrementos de precios durante los últimos años porque los mercados emergentes han crecido y han empezado a consumir —no sólo producir—una creciente proporción de los recursos del mundo. Las implicaciones para la inversión son numerosas, pero destacamos los efectos sobre la alimentación y las posibilidades de las empresas de vender a una base de consumidores que crece con fuerza.

Más personas, más alimentos, más abonos


El Banco Mundial calcula que la demanda de alimentos se incrementará un 50% hasta 2030, sobre todo debido al crecimiento de la población, el aumento de la riqueza y los cambios en la dieta. El crecimiento de la población plantea un grave problema para la producción de alimentos, especialmente si tenemos en cuenta que la cantidad de tierra cultivable en el mundo se ha reducido como consecuencia de la industrialización y la urbanización.

Cada vez son más las bocas que alimentar y cada vez es menor la tierra cultivable, por lo que ya tenemos varios grandes factores fundamentales que apuntan hacia la necesidad de incrementar el rendimiento de las cosechas. Sin embargo, los cambios en la dieta del mundo en vías de desarrollo añaden un ingrediente extra a la mezcla. El crecimiento económico y el aumento de la riqueza en los países en vías de desarrollo están contribuyendo a mejorar la dieta de un gran número de personas incorporando más proteínas, fundamentalmente carne y productos lácteos. La demanda de proteínas tiene un importante efecto indirecto sobre los cereales. El ganado se cría con cereales y eso hace que se consuman muchos recursos en la producción. De hecho, se necesitan 7 kilos de cereal para producir tan sólo 1 kilo de carne. En un mundo cada vez más ávido de carne, la necesidad de conseguir más cereales y mejores rendimientos es evidente.

Gran parte de la tierra cultivable en el mundo en vías de desarrollo es poco eficiente y se pueden conseguir importantes mejoras del rendimiento mediante el uso de fertilizantes. La subida de los precios de las materias primas hace que los agricultores consigan beneficios saludables y puedan permitirse comprar abonos. La demanda y el precio de los fertilizantes probablemente suba con fuerza durante la próxima década.

Cabe esperar que diferentes empresas se beneficien de las crecientes necesidades mundiales de alimentos. Las empresas de fertilizantes están entre los beneficiarios más directos de la necesidad de incrementar los rendimientos de las cosechas.

Una revolución del consumo


Durante las próximas décadas, se prevé que el número de personas pertenecientes a la llamada "clase media mundial" aumente más del doble, pasando de 430 millones en 2000 a 1.200 millones en 2030 (del 7,6% de la población a más del 16%). La mayoría de las incorporaciones procederán de tan sólo dos países, China y la India, donde el consumo privado ha crecido rápidamente en los últimos años. De hecho, para poner la fuente y la magnitud de este crecimiento en perspectiva, el Banco Mundial pronostica que el 93% de la clase media mundial estará en países en desarrollo en 2030. Sólo este hecho es la razón por la cual las empresas de todo el mundo se afanan por desarrollar su presencia en los mercados emergentes. Desean aprovechar tasas de crecimiento del consumo que son inimaginables en las economías occidentales desarrolladas.

A medida que crece la renta los patrones de consumo cambian, ya que el gasto en necesidades básicas disminuye, y a medida que crece la proporción de renta gastada en productos de consumo discrecional, también lo hace el atractivo de tener la ropa más moderna y el último teléfono móvil.

Cambios en la dieta: Existe una relación clara entre mayores rentas y cambios en el gasto en alimentación. Con la subida de la renta, el porcentaje de los ingresos que se gasta en alimentos cae y aumenta el gasto discrecional. Sin embargo, el valor real del gasto en alimentación sube, ya que los consumidores comienzan a comprar productos más caros y con mayor contenido en proteínas, como la carne y los lácteos.

Bebidas: Debido a la relativa falta de agua potable segura, los mercados emergentes como Brasil y México son dos de los mercados de agua embotellada más grandes del mundo. De hecho, el consumo de agua embotellada por persona en México duplica al de EE.UU.

Patrones de gasto de las mujeres: Las tasas de participación de la mujer en el mercado laboral han crecido de forma constante en los mercados emergentes, en sintonía con el crecimiento económico. La participación de la mujer en el este de Asia es mayor que en las economías desarrolladas. Esto es importante, ya que las mujeres muestran patrones de gasto muy específicos, como la compra de cosméticos, fragancias y artículos de aseo.

Productos para el hogar y electrodomésticos: El aumento de la renta también está posibilitando la compra de diversos productos para el hogar, desde frigoríficos a televisiones y ordenadores.

Automóviles: Muchos que los que entran a formar parte de la clase media pueden comprar su primer coche gracias a la disponibilidad de créditos en la mayoría de países emergentes, mientras que los consumidores de rentas más altas, especialmente en China, se están pasando a los modelos de fabricantes europeos.

Servicios financieros: La penetración de los servicios financieros es baja comparada con los mercados desarrollados, pero está creciendo rápidamente.

Publicidad: Mientras los consumidores occidentales desarrollan cierta resistencia a la publicidad directa, lo que obliga a las empresas a ser cada vez más innovadoras, las multinacionales están utilizando publicidad aspiracional ampliamente contrastada para cimentar su marca en los mercados emergentes.

Internet: El acceso a Internet está creciendo espectacularmente en los países en desarrollo y muchos consumidores acceden a la Web exclusivamente a través de su teléfono inteligente, en lugar de un ordenador personal. La penetración de Internet en China ya es relativamente alta en las áreas industrializadas de la costa, pero se espera que alcance el 51% en todo el país en 2013, frente al 35% actual.

En pocas palabras


. El crecimiento de las poblaciones y el perfil de dichas poblaciones puede tener implicaciones importantes para los inversores.

. El crecimiento de la poblacion procede en gran medida de las regiones en desarrollo, otro factor que confirma que estamos ante un mundo de dos velocidades.

. La paradoja demografica es que a medida que los paises van elevando su riqueza, las tasas de natalidad tienden a descender.

. El crecimiento poblacional incrementa la presión sobre la demanda de recursos finitos, especialmente alimentos, agua y energía.

. El aumento poblacional, combinado con el crecimiento economico de muchas economías en desarrollo, esta incorporando grandes cantidades de nuevos compradores a la base mundial de consumidores.

Fuente: Fidelity

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