miércoles, 25 de mayo de 2011

Ahorrar más y mejor

Para preparar con éxito la jubilación no sólo es necesario ahorrar más sino también mejor


El gran tema de discusión de estos últimos días es la propuesta del Gobierno de elevar la edad de jubilación y aumentar el número de años de cotización para el cómputo de las pensiones. No es un debate nuevo. Cada cierto tiempo se reaviva la llama de la problemática del ahorro para la jubilación.

Creo que aquí hay que dejar claro el
siguiente mensaje: si queremos durante la jubilación disfrutar de un nivel de vida similar al que tenemos a lo largo de nuestra etapa activa tenemos que ahorrar más, eso está claro, pero también ahorrar mejor.

Para ahorrar más de cara a la jubilación es necesario, desde mi punto de vista, incentivar fiscalmente este tipo de ahorro. ¡Pero si ya tenemos los planes de pensiones! me diréis. Sí, pero hay que mejorar su fiscalidad, sobre todo en cuanto a prestaciones (no es de recibo que el partícipe tenga que tributar, incluso con una exención del 40%, como renta del trabajo sobre la totalidad del capital acumulado, sin distinguir entre aportaciones y ganancias de capital) y evitar cambiarla en cada legislatura.

Los ahorradores necesitan tranquilidad y seguridad fiscal ante todo. Este primer punto está en manos de las autoridades competentes, pero el sector financiero debería presionar para que se tome en cuenta esta reivindicación (ya que los políticos no parecen darse cuenta del asunto).

Otro aspecto a mejorar si queremos fomentar el ahorro para la jubilación es la competencia dentro del sector de planes de pensiones, punto éste que recae enteramente en las propias entidades financieras. No voy a ser tan iluso como pedir que todas las entidades se pongan a distribuir los planes de pensiones de todos sus competidores, emulando la arquitectura cada vez más abierta que existe en el terreno de los fondos de inversión. Pero sí les tenemos que exigir que sean más transparentes a la hora de vender sus productos. Obtener información detallada de la cartera de un plan de pensiones es casi misión imposible, lo que hace difícil su comparación con otros productos similares. El regulador (en este caso, la Dirección General de Seguros) debería, sin lugar a dudas, obligar a las entidades a ofrecer al menos la misma información que la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) exige para los fondos de inversión. No entiendo esa diferenciación. La mejor manera de fomentar la competencia es siendo más transparente.

Dicho esto, para afrontar con garantías de éxito la preparación a la jubilación no sólo vale con ahorrar más (que ya es mucho y muy importante), sino que me temo que tendremos que ahorrar mejor. ¿Qué significa esto? Simplemente (es fácil decirlo, pero bastante más complicado ponerlo en práctica) que el inversor tendrá que adecuar sus inversiones al plazo de inversión.

En la situación en la que nos encontramos, con unos tipos de interés en mínimos históricos, no vale invertir a largo plazo a través de instrumentos de ahorro de corto plazo (como depósitos, fondos monetarios o fondos de renta fija a corto plazo). El riesgo, en este caso, no es tanto la posibilidad de sufrir rentabilidades negativas sino el no alcanzar el objetivo de patrimonio que nos garantice una jubilación tranquila. Habrá que asumir más riesgos a nivel de cartera (mayor peso en renta variable) para intentar obtener una rentabilidad decente a largo plazo.

Ahorrar mejor también significa controlar mejor el riesgo. Y no hay mejor forma de controlarlo que ir realizando aportaciones periódicas a fondos de inversión o planes de pensiones, una estrategia poco utilizada en la práctica (tradicionalmente los partícipes invierten en planes de pensiones a final de año, simplemente por motivos fiscales). Por último, ahorrar mejor también significa prestar cada vez más importancia a las comisiones que cobran los productos… porque una diferencia de medio punto porcentual puede traducirse al cabo de los años en miles de euros.

Fuente: MORNINGSTAR.es

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